24 febrero 2013

Escocia



La riqueza de sus paisajes naturales que podemos encontrar en cualquier rincón de su geografía, sus castillos cargados de historia y el romanticismo que envuelve toda Escocia, hacen que sea un viaje obligado para todos aquellos que buscan un lugar para dejar las guías y mapas a un lado y perderse en sus cautivadores parajes.
Nuestra primera parada es la capital, Edimburgo, su eje comercial principal se encuentra en Princes Street  con unos cuidados jardines a los pies del castillo. Si continuamos esta calle hasta su finalización nos encontramos con  la colina de Calton Hill cuya altitud de 98 metros nos permitirá  tener una imagen de toda la ciudad. Y en la que nos encontraremos entre otros: el Monumento al filósofo Dugald Stewart, el Monumento a Nelson como conmemoración de su victoria batalla de Trafalgar que le costó la vida, el Observatorio de la ciudad y el Monumento Nacional a los caídos en las guerras napoleónicas de aspecto similar a un panteón griego y que no se finalizó por razones económicas.


                       
                        

El Castillo de Edimburgo se erige sobre una roca en el centro de la ciudad, es sin duda el  edificio histórico más popular del país. Durante las guerras de Escocia, este castillo fue el enclave estratégico más preciado. Y en la actualidad alberga anualmente el festival Military Tattoo, una ceremonia en la que se concentran bandas militares ataviadas con sus tartanes e instrumentos entre los que no pueden faltar las famosas gaitas, bailarines, … todo un espectáculo con un magnífico telón de fondo como es este castillo.

                       
                     
En su garita de entrada destacan dos figuras de bronce que corresponden a dos de sus héroes nacionales más importantes: William Wallace y Robert the Bruce.


                        

En su interior nos encontraremos diversos edificios cargados de historia como son el Royal Palace donde la reina María Estuardo dio a luz a Jacobo IV, quien posteriormente se convertiría en el primer rey de Escocia e Inglaterra. St. Margaret’s Chapel que es la construcción más antigua que se conserva del castillo medieval, cuyas reducidas dimensiones y austeridad evocan calma.

                         

El Gran Salón del castillo con su elaborado techo de vigas de madera cargadas de detalles y sus enormes chimeneas es otro de los puntos a visitar junto con las mazmorras y el Scottish National War Memorial. Sin olvidar escuchar el One O’clock Gun, que es un cañonazo que se dispara diariamente a excepción de los domingos, como señal acústica de orientación a los navíos que se encuentran en el mar de su proximidad a tierra.
Por último, no debemos perdernos las Joyas de la corona y la Piedra del Destino utilizada como trono de coronación por los reyes escoceses y de curioso origen. Así como, el Mons Meg,  un cañón con unas características avanzadas para su época que es todo un tesoro.
Tras la intensa visita al Castillo podemos continuar por la histórica Royal Mile hasta Holyroodhouse, esta calle adoquinada llena de pasadizos dicen que albergan multitud de historias sobre fantasmas además de curiosos de edificios.
En la ciudad de Linlithgow se encuentra uno de los cuatro castillos reales  de Escocia.  Esta sólida fortaleza convertida en residencia palaciega y que actualmente se encuentra en ruinas, está emplazada estratégicamente entre Edimburgo y Stirling y cuenta entre otras historias con ser el lugar de nacimiento de la reina María Estuardo y  por posteriormente, ofrecer refugio a Bonnie Prince Charlie durante la rebelión jacobita.

                        

Cabe destacar el Gran Salón que pese a su estado conserva su majestuosidad y la sobria pero encantadora iglesia de San Miguel.

                                  

                                   
Otro de los puntos ineludibles en nuestro viaje se encuentra en el Castillo de Stirling, otro histórico castillo que se encuentra en la cima de un risco, escenario de alguna de las batallas más importantes de la historia escocesa. Está catalogado como Monumento Nacional y además de su restaurado Gran Salón y el Royal Palace no podemos dejar de visitar su Museo.

                       

                       

Desde este castillo podremos avistar el Wallace Monument, esta torre de 75 metros de altura se erigió para conmemorar la figura de William Wallace, del que tantas historias se han narrado. Como última reseña en este castillo, destacar la estatua de Robert the Bruce a la entrada de éste.

                        

Avanzando en nuestro viaje  dejamos por unos instantes la historia a un lado y nos adentramos en la naturaleza, hasta encontrar el pueblo de Luss a las orillas del Loch Lomond, el más grande de toda Escocia, la belleza de este lugar es difícil de describir y no solo se encuentra en el lago propiamente sino en las cuidadas casas alrededor de su muelle y en las vistas al Ben Lomond. Este Munro, que es como se denomina a las cumbres escocesas cuya altitud es superior a 900 metros, es un destino ideal para senderistas y ofrece unas impresionantes vistas al lago y al  Trossachs  National Park.

                        

                         

La última parada de nuestro viaje se encuentra en la Isla de Skye en las Highlands, esta increíble isla es uno de los rincones más bellos de nuestro viaje, nostalgia y  romanticismo se entrelazan en sus paisajes, su particular climatología y las historias que aguarda.
El Castillo de Eilaan Donan se encuentra frente a las montañosas orillas del lago Duich en la confluencia de tres rías y es todo un emblema en Escocia al ser uno de los castillos más fotografiados y filmado en diversas películas cinematográficas. Esta preciosa fortificación que hoy en día conserva su esplendor permaneció en ruinas por el levantamiento jacobita hasta que el militar John McRae la restauró.

                        


                       

Durante 800 años el Castillo de Dunvegan ha sido la residencia de los jefes del Clan McLeod, que con orgullo atesoran en su poder la Fairy Flag, una bandera de las hadas a la que se le asocian propiedades mágicas.


                        

No podemos dejar de visitar las ruinas del Castillo Armadale que un día fue hogar del Clan MacDonald, los magníficos jardines de este lugar y el archivo histórico que posee su museo nos hará una agradable lección de historia escocesa.



                          

 
                         

Uno de los productos más exportados por Escocia es sin duda su whisky de malta, un gran número de destilerías ofrecen visitas guiadas, nuestra elección fue la Destileria Talisker, la única en la isla de Skye.  Una agradable visita a las instalaciones, que incluye una parte de la historia de la destilería y de la zona que ocupa, su elaboración y posteriormente la degustación de ese preciado whisky, toda una experiencia olfativa y gustativa.

                          

Desde el contundente desayuno escocés típico a base de huevos, salchichas, haggis, setas, tomates, … a las deliciosas galletas de té, la gastronomía escocesa es un placer. Destacaré únicamente dos lugares  totalmente contrapuestos: por un lado, el Restaurante en Edimburgo Forth Floor de la cadena comercial Harvey Nichols que tiene como chef al galardonado Stuart Muir.  Únicamente diré que merece la pena probar cualquier plato de su carta, sin más comentarios.
Y por otro lado, destaco The Four Marys un pub típicamente escocés que emplea productos de temporada autóctonos, con un menú elaborado y que periódicamente va renovándose. De ambiente acogedor y de un sabor increíble. Debe su nombre a las mujeres de compañía de la reina María Estuardo, que protegían y salvaguardaban.

                          

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